La invasión de los recursos informáticos en nuestras diferentes actividades ha desencadenado también un impacto en el sentido de la visión, aún no adaptado estructural y fisiológicamente a las imágenes digitales. La prolongada exposición a la pantalla y la mala postura frente a ésta provoca el “síndrome del usuario del computador”, caracterizado por ardor, sensación de arenilla, ojo rojo, cefalea y visión borrosa entre otros.