La conjuntiva es la fina capa transparente que envuelve al ojo. Puede inflamarse por varias razones, siendo lo más recurrente las infecciones, las alergias y la exposición a agentes físicos o químicos irritantes.
Para funcionar cómodamente, la superficie ocular debe estar siempre bañada por un flujo constante de lágrima. Cual fina película transparente, este fluido envuelve, hidrata, limpia y oxigena externamente al globo ocular.
El ojo seco se produce por múltiples razones, siendo las más recurrentes; la insuficiente producción de lágrimas y/o la mala calidad química de ésta. Según sea la etiología, se indicará el tratamiento. Como norma general se debe evitar ambientes con mala ventilación o aire acondicionado o muy seco y el uso de colirios sin previa evaluación por el médico oftalmólogo.
Son varias las enfermedades de la superficie externa responsables del ojo rojo. Entre las más frecuentes encontramos: pterigion, alergia, epiescleritis, rosácea, escleritis, entre muchas otras. No deben ser confundidas con el ojo rojo devenido de un glaucoma agudo, una uveítis o endoftalmitis (una infección intraocular muy grave), en donde el proceso se gesta al interior del ojo.
La rosácea puede afectar tanto a la piel como al ojo, incluso se detectan casos sin manifestaciones cutáneas, sólo oculares. La rosácea, al igual que otras queratoconjuntivitis de origen auto inmune se manifiestan en forma crónica pero con períodos de intensificación.
La terapia más importante la constituye el control de la enfermedad de base y la administración local de antiinflamatorios más lubricantes.
Las conjuntivitis infecciosas a su vez tienen mayoritariamente un origen viral o bacteriano. Se observa un ojo suavemente enrojecido, lagrimeo secreción o legañas, pero no se siente dolor o disminución de la visión (en cuyo caso la causa es otra y potencialmente grave). Cuando su agente es viral sólo debe indicarse aseo y manejo sintomático, dado que la terapia antibiótica no surtirá efecto e incluso desencadenará resistencia. Si no hay mejoría en tres días debe consultarse al médico. El aseo de los párpados con gasa estéril, el lavado frecuente de las manos, el evitar frotarse y compartir artículos de aseo personal evitará el empeoramiento de todo cuadro infeccioso.
AtrásLa epiescleritis o la escleritis son inflamaciones de origen auto inmune, evidenciando una probable enfermedad general no diagnosticada. El ojo rojo se acompaña de dolor de diferente magnitud, sin secreción o lagrimeo. Su terapia constituye la aplicación de colirios antiinflamatorios y el estudio de alguna enfermedad general. Los colirios descongestivos pueden complicar el diagnóstico de estas anomalías.
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