Por el envejecimiento natural de los diferentes componentes de los párpados, se produce un aumento en la laxitud de la piel, formándose en “encapotamiento” que pende sobre el ojo.
Cuando el peso extra palpebral causa síntomas, se puede una cirugía correctiva.
La ptosis palpebral, generalmente del superior, es el desplazamiento de éste hacia abajo (o caída). Generalmente es causado por la pérdida de poder de elevación muscular por desinserción.
Si obstruye la visión debe ser intervenido quirúrgicamente, especialmente en los lactantes o niños. La cirugía consiste en la reparación de los tendones o músculos elevadores palpebrales, según el caso.
Cuando el borde del párpado se evierte (queda girado hacia fuera) por un desequilibrio en las fuerzas tensiles, se denomina ectropion. Ocasiona irritación crónica y lagrimeo. Requiere cirugía reparadora y las técnicas varían según la causa de esta entidad.
En esta anomalía, el borde se invierta (gira hacia adentro), generando grandes molestias por el roce continuo de las pestañas contra la superficie ocular.
La enfermedad de Graves Basedow, originada en un mal funcionamiento de la glándula tiroides, tiene la posibilidad de generar alteraciones en el globo ocular
Se logra observar en diferentes grados congestión de los vasos sanguíneos de los ojos, retracción (se eleva el superior y cae el inferior) e hinchazón de los párpados ,inflamación de los músculos oculares y de los tejidos que rodean al globo dentro de su órbita. En ocasiones se genera el desplazamiento hacia delante de éste (como la foto). Lo más importante inicialmente radica en el tratamiento endocrinológico.
Es la inflamación del borde palpebral, ocasionado generalmente por la proliferación anómala de microorganismos y/o el exceso de sebo.
Ocasiona picazón, ardor, ojo rojo y se observa unos márgenes palpebrales congestionados. Su terapia, según la causa, consistirá principalmente en la limpieza y masaje de la zona. Su presencia determina la aparición de orzuelos, chalazión o conjuntivitis.
Es la infección de una glándula sebácea en el margen del párpado, similar a una “espinilla”
Son secundarios al exceso de producción de grasa de estas glándulas y/o la proliferación bacteriana. Generalmente son autolimitados y no requieren terapia específica.
Es la infección de una glándula sebácea en el margen del párpado, similar a un forúnculo. Debutan con una inflamación difusa del párpado, asociado a dolor e hinchazón. Generalmente requieren terapia analgésica y antibiótica. Posteriormente la inflamación va cediendo, persistiendo una nódulo indoloro de menor volumen. Su tratamiento definitivo consiste en la cirugía, sobre todo para diferenciarlo de un tumor.
Como en cualquier piel, en los párpados se forman y crecen tumoraciones benignas similares a verrugas, papilomas o lunares. Si estos crecimientos se acompañan de molestias o crecen o cambian de color o sangran deben ser extirpados para descartar una tumoración maligna, especialmente en adultos mayores o de piel blanca.
Muchas lesiones cancerosas simulan inicialmente Irritaciones benignas de los párpados, crecen lentamente y van invadiendo las diferentes estructuras vecinas hasta alcanzar tamaños que recién llaman la atención del enfermo.
Previo marcaje de la piel excesivo, se procede a su extirpación, manteniendo las relaciones anatómicas con el resto de las estructuras palpebrales y considerando las diferencias de género.
Tras el retiro de puntos, los cuidados de la piel y la resolución del normal proceso inflamatorio, el aspecto definitivo elimina las molestias devenidas de esta dermatocalasia.
AtrásLa solución quirúrgica constituye el alivio de esta anormalidad. Dependiendo del origen, se repararán las diferentes estructuras intrapalpebrales, hasta lograr su reubicación.
La cirugía precoz: cuando la lesión es pequeña y no compromete el borde del párpado facilita conduce a una rápida recuperación funcional y estética. Generalmente se efectúa con anestesia local y ambulatoria.
Especialmente en adultos mayores de piel clara y expuestos al sol, cualquier alteración cutánea palpebral que no cause síntomas debe hacer sospechar lesiones malignas. La terapia adecuada temprana evita cirugías mayores complejas y/o la invasión tumoral.